Hoy te echo de menos

Hoy necesito cobijarme

en el calor de tu abrazo.

Hoy te echo de menos

y no puedo tenerte a mi lado.

Me gustaría sentarme cerca

y hablar como siempre lo hago,

llenarme de tu sabiduría

y que mi corazón se sienta aliviado.

Mirarte a los ojos fijamente,

y pasarme así un largo rato.

Olvidarme que te tengo lejos

y que no puedo acariciar tu manto.

Quisiera reencontrarme contigo

y que siempre fuera primavera

porque contigo todo es Fe y Amor

y se esfuman mis problemas.

Hasta el día que te vuelva a ver,

aquí te dejo este poema

tómalo como el beso que te daría

si pudiera tenerte a mi vera.

Bendita Seas

Bendita seas por tu Paz

por esa carita tan hermosa

por la dulzura de tu mirada

que a todo el mundo enamora.

Bendita sean tus manos,

tan delicadas y finas,

que a cada rosa que tocas

tu le quitas las espinas.

Bendito sea tu Hijo

que te quita las penas,

cuando supiste que resucitó

para quedarse a tu vera.

Bendita sea tu bondad

y esa belleza infinita

que con sólo ir a rezarte

los corazones iluminas

llenandolos de Paz

y de una eterna alegría.

Te quiero con los cinco sentidos

Hoy he contemplado tu belleza
Y te he admirado con los cincos sentidos
Cuando nos hemos encontrado a solas
Porque me hacia falta tu cobijo.
He acariciado con dedos temblorosos
El suave terciopelo de tu manto.
Ése que te cubre con dulzura
Ése que empapa tu llanto.
Y entonces he levantado la vista
Y me he topado con tu mirada,
La misma que me llena de Fe y Amor
Y que nunca me desampara.
Al aspirar el dulce aroma
De las flores que te acompañan
De una hermosa tranquilidad y paz
Se ha llenado mi alma.
Me he sentado cerca de ti,
Para escuchar tu triste silencio
El que nunca te deja sola
El unico que conoce tu secreto.
Y ya me despido de ti, Virgen Mía.
Y con mi mano te envío un beso.
En el te pongo todo mi cariño
Para que te lo guardes muy adentro.

Me gusta perderme en tu mirada

Me gusta ir a visitarte
Y mirarte a los ojos fijamente
Me gusta perderme en tu mirada
Y que mis problemas se vayan con verte.
Me gusta estar contigo a solas
Y poder confiarte mis problemas,
Sentirme a gusto a tu lado
Y que siempre pueda tenerte cerca.
Me gusta perderme en tu mirada
Y que el resto del mundo se pare
Que yo soy feliz mirándote a los ojos
Y eso es lo que más vale.
Un olivo te dio cobijo una vez
En una noche estrellada
Y yo me siento protegida
Solo con perderme en tu mirada.
No me preguntes por que me siento así
Pero por esto, hoy te tengo delante
Por esa mirada en la que me pierdo
Y hace que vuelva a encontrarme,
En los momentos donde estoy perdida
Y a ti acudo, para que puedas abrazarme.
Como esa noche en ese monte de olivos
Cuando fuiste a rezarle a tu Padre.

Hoy vengo a rezarte

En esa carita morena
Encierras el Gran Poder de Dios,
Por eso eres el Señor de Sevilla
Por eso, hoy vengo a rezarte yo.
Por esa pasión que despiertas
Con esa expresión de dolor
Porque con sólo ver tu mirada
Llegaste a robar mi corazón.
Por esas lágrimas que derramé
Cuando te tuve frente a frente
Y entonces me di cuenta
Que nunca iba a dejar de quererte.
Porque en aquella tarde de viernes
Mi alma se quedo contigo
Y en esa plaza de San Loreno
Todo volvía a tener sentido.