Bendita seas por tu Paz
por esa carita tan hermosa
por la dulzura de tu mirada
que a todo el mundo enamora.
Bendita sean tus manos,
tan delicadas y finas,
que a cada rosa que tocas
tu le quitas las espinas.
Bendito sea tu Hijo
que te quita las penas,
cuando supiste que resucitó
para quedarse a tu vera.
Bendita sea tu bondad
y esa belleza infinita
que con sólo ir a rezarte
los corazones iluminas
llenandolos de Paz
y de una eterna alegría.
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