jueves, 29 de octubre de 2009

Un hermoso sueño


Esta mañana me levanté,

con una enorme sonrisa

cpn una dulce y bella sensación

que que me duró todo el día.

De pronto recordé algo,

y adiviné lo que sentía,

en esa noche tan oscura

soñé contigo, Virgen Mía.

En el sueño me llamabas

y me decias: "No estes triste,

Yo siempre estaré contigo

en el momento que me necesites."

Me fuistes secando las lágrimas

con tu pañuelo de flores,

y esa noche tan sombría y gris

se convirtió en un amanecer de colores.

Ahora cada noche, al acostarme

rezo para volverte a encontrar,

para agradecerte la Fe y el Amor

que con cariño siempre me das.

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